El fenómeno Maradona parece eterno. Varios días de relatos continuados, repetidos y cansadores sobre las mismas anécdotas, sobre las fotos que quedaron, sobre su magia. Pero pasará. No más de dos o tres días y Maradona dejará ver otros temas que suceden en el país, en la provincia, en la ciudad.
Y lo visible es un conflicto con los trabajadores de la salud que no parece tener fin. El anuncio del plus pandemia parece poco para un sector históricamente postergado en sus salarios.
Una escala que arranca en poco más de mil pesos y termina en poco más de 8.000 pesos de aumento resulta escasa cuando la primera cifra no es más que un par de kilos de carne y los 8.000 no más que un chango de mercadería al mes.
El plus pandemia parece acotarse a este tiempo justamente o es una especie de premio al desempeño durante meses.
Y el eje del reclamo es otro, es una recomposición que perdure en el tiempo, que no se termine cuando alguien diga no hay más coronavirus.
El sello de esencial no es por ahora, es mucho más amplio y merece ser analizado en ese marco, porque sino el plus pandemia también debería aplicarse a los policías que no pararon en ningún momento.
Da la sensación que el Gobierno rionegrino se metió solo en un berenjenal y amplió el debate a medida de uno de los gremios, pero ni siquiera con esta cifra que implica erogación de muchos millones, logrará calmar la demanda.
Hay apresuramiento en los anuncios, torpezas como los comunicados anticipados y mucho de improvisación en todo esto.
Más allá del resultado de esta negociación puntual, el Gobierno rionegrino deberá ordenar el marco salarial y ganar en autonomía. La decisión final debe surgir del Gobierno en función de sus posibilidades y no de sugerencias de gremios amigos. Entre el Estado y los gremios no hay amistades, hay buenas o malas relaciones porque cada uno defiende intereses distintos.
Por: Jorge Vergara jvergara@rionegro.com.ar
