Tanto en el centro de la ciudad como en barrios periféricos, hay esquinas anegadas, que transforman a ciertos sectores en intransitables para los peatones. Ocurre con la esquina de Buenos Aires y Tucumán, o varios sititos de la zona de calle 9 de Julio. Lugares de mucha circulación, como la instersección de Evita y Rosario de Santa Fe, también requieren precaución para los automóviles y se hacen imposible para quienes van a pie.
En los barrios periféricos, el agua complica no solo a quienes circulan sino también a algunas familias que están dentro de sus hogares.
Por ejemplo, los barrios Quinta 25 o Fisque Menuco presentan una situación diferente, en este caso, el frío y la lluvia complican la vida cotidiana de los residentes. Las calles sucias se han convertido en ríos fangosos, y la baja temperatura obliga a las personas a calentarse tanto como pueden, haciendo que el olor a humo se sienta como si estuvieran.