La educación en el contexto de pandemia está en revisión. Los alumnos de primaria y secundaria ya no serán calificados por notas y se aplicará otro tipo de evaluación. Así lo acordaron el gobierno rionegrino y la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (Unter), de cara al receso invernal que comienza el 13 de julio.
Ahora se elaborará un “informe de trayectoria” de cada alumno, ya que los docentes “han estado trabajando con ellos, haciendo devoluciones, y deben sistematizar ese proceso. Deben ponerse de acuerdo sobre cómo será la forma de devolución, entregarles un informe a cada uno y dejar en las escuelas un resguardo de la información”, explicó la ministra de Educación, Mercedes Jara.
El primer corte evaluativo debe consignar qué es lo que se enseñó, cómo fue el proceso, cuáles los aprendizajes, y cómo participaron los estudiantes.
Para poner en práctica estos mecanismos, Jara y la secretaria general del gremio docente, Sandra Schieroni, acordaron que sean los docentes quienes diseñen el instrumento sobre cómo se llegó a los alumnos, con las particularidades que genera el coronavirus.
Con los cambios que se apliquen se debe diferenciar evaluación de acreditación y de promoción. Las discrepancias están centradas en la efectividad de la resolución oficial N° 2580.
Estipula que todos los niveles y modalidades educativos de la provincia deben realizar un informe evaluativo de las trayectorias escolares de cada estudiante, y en el Anexo II se hace mención a que los informes “serán un instrumento de vital importancia a la hora de la vuelta a la escuela, para la acreditación y promoción”.
Los informes deben ser una herramienta para evaluar el proceso y visibilizar las desigualdades sociales y educativas”.
Párrafo del texto de reclamo presentado por la Unter.
Para la Unter resulta “inadmisible” una normativa que se contradice en su marco teórico, ya que por un lado tiene en cuenta a la evaluación como proceso formativo pero en la letra original planteaba tener en cuenta estas trayectorias para futuras acreditaciones, poniendo énfasis nuevamente en lo cuantitativo en forma implícita; lo que interpreta como una supuesta “acreditación encubierta”.
El gremio exigió realizar una evaluación formativa y no en términos de acreditación. Pidió que se valore el seguimiento que hacen los docentes para fortalecer el vínculo afectivo y pedagógico con los alumnos.
Consideran que la evaluación debe servir para visibilizar desigualdades sociales y educativas.
Dentro del acuerdo alcanzado se corrigió el párrafo que daba a entender de esa supuesta “acreditación encubierta”. Se explica que se trata de un proceso en el cual los aprendizajes se produjeron en contexto de pandemia.
Hay que transmitir que el año no está perdido y que lo hecho fue valioso. A los que no pudieron estudiar les daremos alternativas”.
Mercedes Jara, ministra de Educación.
Desde la cartera de Educación se defendió lo actuado. “Hay que transmitir con claridad que el año no está perdido y que lo hecho hasta ahora fue valioso, y a aquellos que no pudieron (estudiar) lo iremos buscar y les daremos alternativas para que puedan seguir aprendiendo”, afirmó la ministra.
Interpretó que no se le pondrán notas, ni clasificará, “sino que daremos cuenta del proceso de que los chicos viven con de los docentes, en un documento que defina un diagnóstico y establezca pautas a futuro”.
Preparativos para la vuelta a las aulas
Representantes del área de Arquitectura Escolar y del gremio docente se verán en breve para analizar los protocolos de regreso a las aulas, probablemente en agosto o setiembre.
Hay cierto desvelo por ello en la comunidad educativa, y quejas encubiertas, quizás recordando que en 1995 –por la crisis administrativa de la provincia– los alumnos tuvieron 50 días de clases presenciales.
Río Negro plegará a un operativo nacional para planificar el retorno a clases presenciales. Durante junio y julio se hará una evaluación que incluye una encuesta a 30.000 directivos y docentes de todo el país. También se consultará a 2.800 familias.
La jura de la bandera… ¿por Zoom?
Bajo la propuesta de algunas instituciones educativas, la cartera ministerial evalúa la posibilidad de permitir que las escuelas rionegrinas adopten modalidades ajustadas a la realidad que impone el covid-19.
A raíz de esa situación, se trabaja con distintas áreas de gobierno con el propósito de asistir técnicamente a las escuelas para que los chicos de cuarto grado puedan cumplir con la tradicional ceremonia.