Aquel viejo concepto de ciudad lineal con que se representaba al Alto Valle de Río Negro y Neuquén, se muestra mejor que nunca. La pandemia es la excusa para ver esa gran foto de una región que más bien se parece a una ciudad larga. Y como estamos tan juntos, tan dependientes unos de otros, cuando existe un fenómeno como el que vivimos en estos días, es lógico que las consecuencias se reproduzcan a lo largo del Valle.
Si miramos los números del covid 19, prácticamente no hay ciudades de la región que se salven de tener casos.
De aquel Valle Medio Complicado, de Regina asustada por los casos, de Bariloche en problemas, pasamos a poner la mirada en Roca, donde el salto fue tan fuerte que nos estamos preguntando qué fue lo que pasó.
Claro, pasó que hubo descuidos que se pagaron caro y casualmente de ese medio centenar que Roca acumuló en pocos días, varios son policías o trabajadores de la salud, que en ambos casos están expuestos por su trabajo a los contagios. Pero si las cosas se hubieran hecho con todos los protocolos no estaríamos hablando ni de policías ni de trabajadores de la salud contagiados.
No podemos decir que las cosas están bien en Río Negro. Un contagio es un problema, pero si lo multiplicamos por todos los que hay en Río Negro y particularmente en el Valle, esos problemas se multiplican.
Y lógicamente no podemos demonizar a los contagiados. Demonicemos las cosas mal hechas, los descuidos y la subestimación hacia una enfermedad que avanza a pasos muy veloces.
De aquella foto que mostraba un Bariloche complicado, pasamos a otra donde casualmente Roca aparece como la más enredada con el virus.
Siempre se está a tiempo de corregir el rumbo, pero no servirá de nada si no se entiende que cada descuido es un contagio que se multiplica por muchos. Que esa ciudad lineal se pueda ver sin casos suena un poco lejano, pero es posible si todos entendemos que el tema es muy serio.