Así se esfuerzan desde un merendero para contener a los más humildes

Así se esfuerzan desde un merendero para contener a los más humildes

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Miriam junto a Silvia no paran de cocinar en Barrio Nuevo a pesar de la pandemia del coronavirus. Foto Juan Thomes.

A las 11 de la mañana ya se nota una fila de chicos y madres que alcanza una cuadra, afuera del Merendero Nueva Luz de Roca, ubicado en el norte de la ciudad, esperando recibir su plato de comida. Con barbijos y tratando de mantener una distancia de unos metros, aguardan con su taper. El menú de hoy es arroz con pollo y salsa y el aroma llega a metros de esa casa.
El coronavirus cambió la rutina de los merenderos y comedores de la región. Además de que casi se duplicó la demanda, ahora tienen que extremar cuidados y no pueden atender adentro a los vecinos.
Miriam Muñoz está al frente del merendero Nuevo Luz en Barrio Nuevo y contó cómo se esfuerzan diariamente en el marco de la pandemia.
A las 8 desinfecta la cocina y todo el comedor con agua y lavandina. Junto Silvia, una de las ayudantes que tiene, ambas con barbijo, lavan bien las verduras para luego cortarlas.
“Es mucho trabajo, antes de la pandemia éramos tres pero una de las chicas tenía problemas cardíacos y no se podía exponerla”, mencionó.
Pasadas las 11 empiezan a llegar los comensales cada uno con su taper. A las 12 abren la puerta , corren la mesa a la entrada y se comienza a servir desde adentro la comida. Miriam señaló que tratan que se respete la distancia, “también le damos algún barbijo al que no tiene”.
A las 13 ya están terminando de limpiar y puede ocuparse de atender a sus cuatro hijos que tienen entre cinco y 14 años.
Así se esfuerzan desde un merendero para contener a los más humildes
En 2014 comenzó a funcionar el merendero en su casa. “Fuimos a buscar 15 nenes que era el presupuesto que teníamos con mi esposo Alexis, la idea era dar solo la merienda pero la necesidad que vimos superó todas las expectativas”, contó.
Los pequeños comensales en vez de tomarse una taza o dos, pedían hasta cuatro. “Toman tanta leche porque tienen hambre vamos a tener que cocinar”, recuerda que le dijo su pareja y a partir de allí comenzó a trabajar el merendero en pleno otoño.
Así se esfuerzan desde un merendero para contener a los más humildes

A las 11 se nota una fila de vecinos que llega a una cuadra. Foto Juan Thomes.

Antes de la cuarentena le daba la comida a 92 chicos pero ahora son unas 150 personas de todas las edades.“El que mejor situación económica tiene en el barrio es el albañil, otros reciclan plástico de la basura, pero ahora no lo pueden hacer por el coronavirus”, contó.
El bono del gobierno tampoco alcanza mucho porque deben comprar leña para el frío mencionó Miriam.
Explicó que hay familias de hasta 8 hijos y “solo dependen de la mamá ya que sus papás se fueron”.
“El martes seis familias se quedaron sin comer, son unas 30 personas, eso te golpea mucho”, expresó.
Además de la comida se entregan bolsas con verduras, azúcar, yerba y también tortas fritas que fríen en su disco de arado.
Así se esfuerzan desde un merendero para contener a los más humildes

Los pequeños comensales pudieron disfrutar de un exquisito arroz con pollo y salsa. Foto Juan Thomes.

Cuando Río Negro realizó la entrevista cada vecino recibió una gaseosa chica de limón.
“El otro día le dimos postre”, contó orgullosa. El menú es muy suculento. A veces hay pizzas, cazuela de pollo o estofado de papa.
Miriam mencionó que le faltan insumos de limpieza y desinfectantes además de pollo, huevos, lácteos, salsa y muchas frazadas para las familias por el frío. Los vecinos pueden acercarse a colaborar en Saavedra y esquina Cisnes en Barrio Nuevo.

El Facebook del merendero es: facebook.com/merenderonuevaluz/

Fuente rionegro

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